martes, 4 de octubre de 2011

Prevención en boca de todos

La boca juega un rol fundamental en nuestra salud y bienestar general.

Por ello, mantener la boca sana es muy importante, porque ello facilita que se realicen correctamente las distintas funciones de la boca. Entre las principales funciones bucales, podemos reconocer:
Función de respiración: La boca participa activamente en la respiración y nos sirve tanto para tomar, como para eliminar el aire durante la respiración forzada.




Incluso, ciertas personas la utilizan la boca para tomar y eliminar el aire en la respiración habitual: son los denominados respiradores bucales, los que muy frecuentemente presentan una obstrucción en la vía nasal y se acostumbran a respirar mayormente por la boca.

La respiración bucal puede generar una alteración en el crecimiento y el desarrollo de los músculos de la cara, los huesos maxilares y la posición de los dientes.
Función digestiva: La boca es el primer órgano y el punto de inicio del aparato digestivo y gracias a ella, podemos: recibir, cortar, masticar, triturar, moler, digerir y tragar nuestros alimentos.

Con una boca enferma, nos exponemos a un proceso digestivo y a una digestión deficientes.
Función sensorial y sensitiva: La boca también participa activamente en el proceso de la percepción del sabor y en el sentido del gusto, ya que está recubierta de las denominadas papilas gustativas (presentes en toda la mucosa que recubre la boca y sobre todo en la lengua).
Estas son los receptores que nos permiten diferenciar y reconocer los sabores: ácido, amargo, dulce, agrio y salado.

A la vez, una boca sana facilita nuestra relación con el mundo que nos rodea, ya que es uno de los elementos más útiles y especializados que tenemos en el cuerpo para percibir las propiedades de las cosas.

Prueba de ello es que en los primeros años de nuestra vida, la utilizamos más que otros sentidos, para descubrir la consistencia y textura de las cosas.
Haga el ejercicio de observar qué hace un niño pequeño y verá que se lleva los objetos desconocidos a la boca, mucho más que a los ojos u orejas.

A la vez, si toma un grano de arena entre los dedos o si lo observa, podrá identificar sus propiedades de un modo mucho más limitado en comparación de tomarlo entre sus dientes.
Otra demostración de alta sensibilidad y sensorialidad que caracteriza a la boca es la costumbre de los niños de chuparse el dedo, que incluso persiste en algunos jóvenes o adultos que mantienen el hábito de succión a lo largo de la vida (ya sea utilizando el dedo u otros objetos).

Función de protección: gracias a la mencionada avanzada propiedad que tiene la boca para percibir los sabores y las texturas de los alimentos y de las cosas, es que juega un rol crucial en nuestro sistema de defensa y en nuestra autoconservación.
Por ejemplo, si recibimos un alimento extraño o en mal estado, nuestra boca nos avisa respecto al riesgo de ingerirlo y muy probablemente lo escupamos.
Función de comunicación: la boca además nos permite comunicarnos eifcientemente. Pues con ella no solo emitimos sonidos y practicamos el habla, sino que también realizamos distintos gestos, ademanes, silbidos, etc.

con los que nos comunicamos con las demás personas. Es decir, participa a la vez en la comunicación verbal y en la comunicación no verbal (risa, sonrisa, muevas, etc.).
Función de autoestima: las características externas de la boca y la presentación de nuestros dientes forman parte de nuestra apariencia física.
Por consiguiente, son muy importantes en la imagen que proyectamos a los demás y el tener una boca agradable favorece las relaciones humanas y eleva nuestra autoestima.

Una boca sana es el reflejo de un cuerpo sano y de una persona bien integrada en la sociedad.
Por ello, le aconsejamos que cuide la salud de su boca y que visite al odontólogo por lo menos dos veces al año (cada 6 meses).

El cepillado de los dientes:
El correcto cepillado dental permite remover los restos de alimentos y eliminar los microorganismos que se adhieren a los dientes, para limpiar las superficies dentales.
Así se favorece la acción de la saliva que contiene elementos químicos que protegen el esmalte del diente.

Como cada vez se tienen más evidencias de lo importante que es masajear las encías y limpiar la lengua para asegurar la salud de la boca, ahora se habla de higiene bucal o de cuidado oral, más que de cepillado dental.

"La mejor marca de cepillo es la que sostiene la mano de la mamá", es un dicho empleado en nuestra profesión, ya que los niños difícilmente logran limpiar bien sus dientes.
Es por eso, que la ayuda, el ejemplo y el control de los padres siempre será fundamental.
Es muy importante que se cepille los dientes perfectamente después de cada comida y antes de ir a dormir, pues durante la noche transcurren muchas horas en las que sus dientes serán perjudicados por las bacterias formadoras de caries dental si se acuesta con los dientes sucios.
Frecuencia del cepillado dental:
El número de veces que debemos cepillarnos los dientes al día, depende del número de veces que comamos.

Así de simple. Con el cepillado de los dientes sucede lo mismo que con la limpieza de otras partes del cuerpo.

Lo habitual es que se duche una vez al día, pero si hace deporte y suda o si se ensucia por alguna razón, deberá bañarse nuevamente.

Lo mismo sucede respecto a la limpieza de las piezas dentarias. Si come algún alimento, se deberá cepillar inmediatamente.

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